Las cañas ya estaban en el agua solo faltaban los peces. Las primeras picadas no se hicieron esperar eran herlas (herreras) de escaso porte que inmediatamente fueron devueltas al agua.Las herlas mas grandes tal vez entrarían al anochecer.
Como yo intuí al principio los lenguados dieron la cara haciendo un total de tres, demostrando su voracidad comiendo en alguna ocasión de dos anzuelos un mismo individuo.
La otra caña la dispuse a pescar en el rebalaje para tentar alguna lubina puesto que esta playa es buena en lubinas, y otra vez esta técnica dio sus frutos con un ejemplar de lubina de 38 cm.
Las herlas seguían comiendo incansables pero todas de discreta talla que volvían al agua, hasta que la madre de todas agarro el anzuelo con fuerza y arremetió una serie de picadas que me dejo temblando.
Tras una corta pero apasionante lucha la pude poner en tierra firme y así complete la jornada de pesca.
Localización del pesquero:
Buena pesca.